Transcripción de la columna de Karina Batthyány
en InfoCLACSO – 9 de abril de 2025
El pasado 2 de abril, el Presidente estadounidense Donald Trump proclamó pomposamente lo que él mismo llamó el “Día de la Liberación”, lanzando un paquete arancelario que abarca a casi todo el planeta. Esto provocó desconcierto y temores que rápidamente se tradujeron en una gran crisis global con consecuencias imprevisibles, introduciendo un escenario que redefine un nuevo orden económico mundial y que, en el fondo, denota un nuevo escalón de la propia crisis del sistema capitalista de la hegemonía norteamericana.
En ese contexto, los analistas consideran que nuestra región latinoamericana y caribeña la sacó relativamente barata, ya que sufrió (salvo excepciones como Venezuela y Nicaragua) “apenas” un 10% de incremento arancelario, sin distinción entre países con gobiernos afines o críticos a la Casa Blanca. Si bien México no se ve afectado por los nuevos aranceles por ser uno de los socios de Estados Unidos en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, sigue en pie la permanente amenaza de gravámenes de la Casa Blanca para incitarlo a combatir lo que Washington llama la migración ilegal y el tráfico de fentanilo: un 25% a los productos no cubiertos por el acuerdo, y otros adicionales del 25% al acero, al aluminio y a los automóviles.
Por caso, la onda expansiva llegó con más brutalidad aún a Europa y Asia, afectando por ejemplo a un país aliado como Israel con un incremento tarifario del 17%, mayor al 15% impuesto a Venezuela. Otros ejemplos de la sonora bofetada dada a gobiernos amigos de la Casa Blanca son los aranceles del 26% a la India, 20% a la Unión Europea, 24% a Japón, 25% a Corea del Sur, 32% a Taiwán, casi lo mismo que el 34% a China aunque en este último caso se suman al 20% que ya se le está aplicando con la excusa de la “invasión” de fentanilo a los Estados Unidos.
El impacto global fue inmediato. Todo ello restringe o encarece el acceso al mercado estadounidense de muchos productos de importación y una caída del precio de las commodities que afectan a nuestra región, además de las ya palpables turbulencias en los mercados financieros de todo el planeta, inéditas pérdidas patrimoniales nada menos que para mega monopolios como Apple, Nvidia, Amazon y Meta, con su consecuencia de recesión global, más pobreza y desigualdad, cierre de empresas e incremento de la desocupación. Todo ello acompañado por una desenfrenada carrera armamentista de los principales países capitalistas.
Semejante política ultraproteccionista sin dudas impacta también en el propio pueblo norteamericano, con recesión y mayor inflación, incremento de la pobreza y de las desigualdades, que se suman a los primeros pasos del desguace del Estado emprendido por el binomio Donald Trump-Elon Musk en el área de la salud y de la educación pública, entre otros. La respuesta la hemos visto el pasado fin de semana con más de 1.200 manifestaciones multitudinarias en los 50 estados de la Unión en defensa de la democracia y contra las políticas de la Casa Blanca.
En este nuevo escenario, muchos gobiernos reaccionaron de manera inmediata. China, imponiendo aranceles del 34% a los productos norteamericanos, mientras que la debilitada Europa fluctúa entre tomar represalias o seguir negociando con la administración Trump.
En nuestra región, el presidente de Colombia Gustavo Petro destacó la necesidad de reducir la dependencia de economías externas y aprovechar la coyuntura para fortalecer los lazos comerciales entre los países de la región, además de explorar otros mercados internacionales. A su vez, su par brasileño Luiz Inácio Lula da Silva criticó el proteccionismo a ultranza de Trump, adelantó que la respuesta de su país se basará en la llamada «ley de reciprocidad económica», y que tomará todas las medidas apropiadas para defender a sus empresas y a sus trabajadores, además de defender el multilateralismo y el libre comercio.
Lo que planteó Gustavo Petro desde Colombia, esto es, profundizar los acuerdos regionales, también se avizora en otras partes del mundo, como en el reciente encuentro entre China, Japón y Corea del Sur para intensificar el comercio intrarregional en los próximos cinco años. No es poco decir sabiendo que Asia Oriental representa el 20% de la población mundial, el 24% de la economía global y el 19% del comercio mundial de mercancías.
Hoy mismo, miércoles 9, en Honduras, se vuelve a reunir la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, en la IX Cumbre de presidentes, un ámbito fundamental no solo para avanzar en una respuesta conjunta a los nuevos aranceles, sino también para debatir sobre las deportaciones de migrantes desde Estados Unidos y cerrar filas frente a las amenazas de Trump de recuperar el canal de Panamá. De este importante tema entiendo que vas a hablar con uno de los entrevistados de este programa, Julio Gambina.
En definitiva, lo que está en discusión más que nunca es la crisis de la globalización neoliberal, la crisis del propio capitalismo que expulsa del sistema a cada vez mayores masas de habitantes de este planeta sacudido por guerras comerciales, por conflictos bélicos y también por el maltrato a la naturaleza y la indiferencia de los poderosos frente al cambio climático que dejó de ser una amenaza y es una realidad que nos afecta a diario en los cinco continentes.
Al mismo tiempo, los vertiginosos cambios abren nuevas oportunidades para los pueblos llamados a construir alternativas posibles, unitarias, solidarias. Reconozcamos que es más que oportuno que nuestra X Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales en Bogotá, Colombia, se reúna exactamente en dos meses. Será sin dudas un ámbito de debate y generación de propuestas de estas y otras problemáticas para la humanidad y el momento de reafirmar el rol de las ciencias sociales y de las humanidades en el día a día y en la proyección hacia el futuro en estos tiempos de cambios profundos y vertiginosos que, postulamos, se defina en un sentido progresista, democrático e integrador.
– Qué importante es poner en juego las temáticas expresadas en el marco de una situación muy compleja a nivel internacional referida al nuevo orden económico mundial, que parece agrupar lógicas geopolíticas referidas a China, Corea del Sur y Japón y que tienen impacto en América Latina y el Caribe.
– Hay un intento de control planetario que nos obliga a profundizar la reflexión en torno a este nuevo orden económico mundial, la crisis inevitable del sistema capitalista y el intento de recuperación hegemónica de los Estados Unidos. Todos estos temas van a estar presentes en nuestra próxima Conferencia #CLACSO2025 y serán analizados con la búsqueda de alternativas de, por y para América Latina promovidas desde CLACSO.
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